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jueves, 11 de octubre de 2012

Seres que inspiran... los sanadores parte 2

Y para cerrar el bloque de los sanadores, toca el turno ahora a otro sanador que admiro bastante. Nació en Inglaterra en el año de 1886 y murió en 1936, fue licenciado en ciencias, médico cirujano, bacteriólogo, patólogo, homeópata y creador de la terapia floral que lleva su apellido: Edward Bach.

Siendo un bebé tuvo una salud muy delicada, y mejoró con el paso del tiempo aunque en esta etapa desarrollo una sensibilidad muy aguda que le sería de mucha ayuda en el futuro.

En la niñez descubrió su amor por la naturaleza, así como una empatía hacia las emociones de otras personas lo que hizo que a su corta edad tomara la decisión de dedicarse a la sanación emocional y física.

Su padre (dueño de una fundidora) era una persona muy estricta (todo lo contrario a la personalidad de él), y en su adolescencia  trabajo en el negocio de su padre, que aunque no era su verdadera vocación, tiempo después dijo que había sido una experiencia muy enriquecedora, ya que aprendió mucho sobre la naturaleza humana, algo muy útil dada su vocación de sanador.

A los veinte años comienza sus estudios de medicina, y mientras hacía su servicio social atendiendo a diferentes pacientes con las mismas enfermedades, pudo observar que mejoraban con diferentes tratamientos, lo que lo llevó a la conclusión de que la psique de cada persona es la que determina el tratamiento que funciona y no el tipo de enfermedad que se tenga.

Tiempo después estableció su consultorio en el que pudo seguir experimentando y estudiando la relación entre la psique y las enfermedades, aunque seguía sin obtener resultados duraderos o efectivos.

Siguiendo con su búsqueda en la sanación de enfermedades, se interesó por la inmunología con la que también experimentó a través de diferentes métodos como la creación de vacunas para tratar enfermedades crónicas. En 1917 tuvo una hemorragia interna y tuvo que ser operado. Su recuperación fue muy dolorosa, le pronosticaron solo 3 meses más de vida.

Bach decidió que ese tiempo lo aprovecharía para seguir en la búsqueda a la que había dedicado toda su vida, así que se sumergío de lleno en sus experimentos, perdiendo la noción del tiempo.
Al cabo de esos 3 meses que le habían pronosticado, Bach se encontraba mejor de salud de lo que había estado en sus últimos años.

Gracias a esa recuperación milagrosa, llegó a la conclusión de que: un interés absorbente, un gran amor y un propósito definido en la vida constituye el factor decisivo de la felicidad del hombre sobre la tierra.

Después de esta experiencia, "casualmente" le surge la oportunidad de trabajar en un Hospital Homeopático,  algo que le cambió la vida, pues descubrió que ya había estudios y conclusiones como las que el había sacado con respecto a la psique y las enfermedades. Una noche, mientras cenaba con un grupo de personas, pudo observar con detenimiento a todos los presentes ahí y se dió cuenta de que se podían agrupar en diferentes tipologías según sus personalidades (tiempo después desarrolló un tratado sobre los 7 estados emocionales de las personas). Luego de esa experiencia, tiene la intuición de ir a Gales, en donde localiza sus dos primeras plantas (de los 38 remedios florales posteriores) y al prescribirlas en su consulta de acuerdo con la personalidad del paciente, ve que los resultados son inmediatos y notables.

El método de Edward Bach era simple: pasaba largo tiempo observando plantas y flores, la manera en que crecían, su color, su aroma, si eran agradables o agresivas a la vista y todos esos factores le ayudaban a discernir la personalidad de la flor y por lo tanto, a qué tipo de personas les podría ayudar tomar su esencia.

Ya enfrascado en este proyecto, abandona todo lo demás, y se dedica por completo a esto el resto de su vida, hasta encontrar los 38 remedios florales. Muere de manera apacible mientras duerme.

Su sistema floral se ha propagado a lo largo de las décadas en todo el mundo... La primera vez que lo probé no le tenía mucha confianza, pero de inmediato vi los resultados y al paso de los años me entró la espinita de ser terapeuta floral, así que hace dos años tomé el curso y compré el set de las 38 flores (que en realidad son 40 jeje) y he tenido en consulta a muchas personas que se han beneficiado de esta terapia: Crisis de angustia, depresión, insomnio, ataques de ira, estancamiento, etc. 

En lo personal han sido un gran apoyo (como lo fue Louise Hay) para los ataques de pánico, pero también cuando me he llegado a sentir deprimida, o con mucho resentimiento... las esencias florales realmente ayudan a reconectar y a armonizar... Cuando tomé el diplomado en flores de Bach, se habló del caso de una mujer que tenía vitiligo (enfermedad de la piel incurable) y que a los pocos meses de tomar las flores comenzó a repigmentarse, cosa que fue considerada un milagro...

Creo que Edward Bach fue un hombre muy inteligente y adelantado a su tiempo (tiene libros sobre las causas de la enfermedad muy interesantes), tanto que más de 60 años después de su muerte, es cuando su método apenas está siendo reconocido. 

Admiro mucho su dedicación y convicción por ayudar a las personas en el plano de la salud ya que desafió a la medicina alópata y demostró que las emociones tienen un papel fundamental en las enfermedades, llegando incluso a curar a las personas sin necesidad de medicamentos. Una historia similar a la de Louise Hay...

Aquí les dejo un video sobre cómo funciona el sistema de terapia floral: 



Y bueno, con esto cierro este pequeño bloque de sanadores, nos vemos en el siguiente bloque, mucho más mundano, pero interesante jeje... :)





3 comentarios:

Anónimo dijo...

interesante su historia, había escuchado de las flores de bach pero de una manera muy light, está padre saber de donde surgieron :)

buen fin de semana!

Tortuga Caramela dijo...

Yo había escuchado mucho hablar de las flores de Bach pero no sabía nada sobre la historia que hay detrás de toda esta terapia.

La verdad no es nada descabellado el planteamiento que el Doctor hizo de basar su tratamiento en cosas naturales, pues es bien sabido que muchas veces este tipo de remedios son mucho mejores que la medicina tradicional.

De este post me quedo con la parte donde dice: un interés absorbente, un gran amor y un propósito definido en la vida constituye el factor decisivo de la felicidad del hombre sobre la tierra. (creo que eso es lo que tendría yo que aplicar para mi y es lo que he ido perdiendo en el camino.

Muy interesante y una vez más he aprendido algo que no conocía en tu blog.

Arwen dijo...

Me gustó esa frase también Tortuga, y es que es lo que a la mayoría nos hace falta para lograr una felicidad más constante, pero bueno, por lo menos estamos en el camino a encontrarlo :)

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